Bajar la guardia
No bajar la guardia supone aislarte e inmunizarte frente a los "cambios del medio". Definiremos "medio" como la parte de mundo en la que nos ha tocado habitar junto a las personas con las que nos ha tocado vivir. Los "cambios" no ibamos a definirlos, ya que nos parece una perogrullada. De todas formas, como nadie nos lee, los definiremos, así podremos, sin sentirnos patéticos, seguir escribiendo tonterías con este léxico pedante que tan listos nos hace sentir. Digamos pues que "cambios" es todo aquello que, una vez que sucede, provoca que el "medio" acuse una diferencia respecto a la situación anterior de producirse el "hecho cambiante" (u cambiador). Si tuvieramos capacidad de sintesis diríamos que un cambio es cualquier cosa que suceda, pero como no la tenemos, no lo diremos.
Los cambios pueden ser para bien (nos toca la lotería), o para mal (nos partimos las dos piernas), pueden ser cambios pequeños (por fin hace dia de playa), o cambios grandes (una veta de magma se abre paso y hace erupción en nuestro salón [podría pasar!!]). Tambien tienen grados de importancia, que varían según cada persona. Llegados a este punto es bastante inútil hacer una clasificación de los cambios, podríamos dar la nuestra, pero no tenemos ganas.
Los cambios nos afectan en mayor o menor medida, un cambio mal encajado puede llevarnos a una situación dolorosa, pero un cambio del cual sepamos disfrutar puede conducirnos a la felicidad.La actitud de no bajar la guardia es una opción vital tan valida como cualquier otra. Aunque tiene dos caras.
Por un lado nos garantiza que será dificil que algo nos provoque malestar. Estar (o intentar estar) inmunizado contra los "cambios" supone que pocas cosas tendran la capacidad de afectarnos para mal. No bajar la guardia supone desentenderte de muchas cosas, deshaciendo vinculos emocionales, o no creando nuevos. El precio a pagar para que las cosas no te afecten para mal es que las cosas tampoco te afectarán para bien.
Y ahi entra lo de cada uno... que prefieres? tener la garantia de que no lo vas a pasar mal (o por lo menos demasiado mal) sabiendo que sera igual de dificil que lo pases bien... o dejarte llevar, pasarlo bien en ocasiones, pero llevándote unos buenos palos emocionales (que no te habrían dolido ni la mitad si estuvieras con la guardia alta)...
Dificil cuestión que dejaremos para el siguiente episodio (en realidad no)
Los cambios pueden ser para bien (nos toca la lotería), o para mal (nos partimos las dos piernas), pueden ser cambios pequeños (por fin hace dia de playa), o cambios grandes (una veta de magma se abre paso y hace erupción en nuestro salón [podría pasar!!]). Tambien tienen grados de importancia, que varían según cada persona. Llegados a este punto es bastante inútil hacer una clasificación de los cambios, podríamos dar la nuestra, pero no tenemos ganas.
Los cambios nos afectan en mayor o menor medida, un cambio mal encajado puede llevarnos a una situación dolorosa, pero un cambio del cual sepamos disfrutar puede conducirnos a la felicidad.La actitud de no bajar la guardia es una opción vital tan valida como cualquier otra. Aunque tiene dos caras.
Por un lado nos garantiza que será dificil que algo nos provoque malestar. Estar (o intentar estar) inmunizado contra los "cambios" supone que pocas cosas tendran la capacidad de afectarnos para mal. No bajar la guardia supone desentenderte de muchas cosas, deshaciendo vinculos emocionales, o no creando nuevos. El precio a pagar para que las cosas no te afecten para mal es que las cosas tampoco te afectarán para bien.
Y ahi entra lo de cada uno... que prefieres? tener la garantia de que no lo vas a pasar mal (o por lo menos demasiado mal) sabiendo que sera igual de dificil que lo pases bien... o dejarte llevar, pasarlo bien en ocasiones, pero llevándote unos buenos palos emocionales (que no te habrían dolido ni la mitad si estuvieras con la guardia alta)...
Dificil cuestión que dejaremos para el siguiente episodio (en realidad no)
Cuentate algo, no?
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